domingo, 23 de febrero de 2014

GUSTAV KLIMT


Para este nuevo domingo le toca a Gustav Klimt, un pintor que si bien nunca me termino de entrar del todo (no desprecio su obra, pero tampoco me atrae mucho que le digamos), un artista que doto de un gran erotismo a su pintura, lo cual lo llevo a ser fuertemente criticado como a la vez admirado por otros. Algunos clasifican su obra como "simbolista", y otros simplemente como "expresionista", sea lo que sea no se puede negar que es un gran artista con mucha personalidad en su arte, y aqui les dejo una muy resumida biografia que encontre, espero que la disfruten y no dejen de interesarse en al menos conocer algunas de sus creaciones. 


(Viena, 1862 - id., 1918) Pintor austriaco. Fue la figura más representativa del modernismo pictórico (Jugendstil) en el mundo de habla alemana. Se formó en la escuela de artes aplicadas de su ciudad natal y triunfó como autor de grandes pinturas decorativas en un estilo de corte academicista, del que constituyen un buen exponente las pinturas de la escalera del Museo de Historia del Arte de Viena.
En 1897, su interés por el arte de vanguardia lo llevó a abandonar la Asociación de Artistas Vieneses y a fundar, con algunos amigos, la famosa Secesión Vienesa, de la que fue el primer presidente y máximo exponente. Las pinturas murales alegóricas para la Universidad de Viena, en las que se advierte ya un evidente cambio de estilo, suscitaron duras críticas, por lo que el artista abandonó el encargo antes de finalizarlo (las que había concluido las destruyó un incendio en 1945).

Como consecuencia de este episodio, ya no volvió a recibir encargos oficiales, pese a lo cual realizó gran cantidad de telas, en primer lugar paisajes plasmados con una concepción muy peculiar de la perspectiva y en los que predominan las tonalidades verdes, y después, sobre todo, figuras femeninas, que constituyen lo más conocido y valorado de su producción.

En estas obras supo combinar el realismo del retrato con un decorativismo extremo en los fondos y los vestidos, en los que predominan los tonos amarillos y dorados y los motivos inspirados en las alas de mariposa o las colas de pavo real. Destacan, entre otras muchas obras, El besoSalomé y Judith I, imbuidas todas ellas de una sensualidad palpable. El Osterreichische Museum de Viena conserva una excelente colección de su pintura.

Pintura mostrada: "Mujer sentada".

Fuentes: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/k/klimt.htm

Atte.: LM (seccion de Pintura).

domingo, 16 de febrero de 2014

SANDRO BOTTICELLI


Hoy le toca a uno de los gigantes de la Pintura renacentista (y del Manierismo), el pintor italiano Botticelli, creador de la magnifica y tan aclamada obra "El nacimiento de Venus" que hasta en Los Simpsons sale una vez representandola. Un artista que trasciende por su potencial talento sin dudas, y ahora les dejo la clasica biografia corta y esperando que se empiecen a interesar por este pintor tambien, que lo vale sin dudar ni un segundo. 

Sandro Filipepi nace en Florencia en 1445, cuarto hijo del curtidor Alessandro di Mariano Filipepi. Todavía joven, Sandro entra en el taller de Antonio del Pollaiolo,  pintor, orfebre y escultor, del cual asimila el trazo elegante, característico de su obra. En 1470, Sandro ya posee su propio taller. Un lustro más tarde pinta el retrato  de Giuliano de' Medici, hermano de Lorenzo, conservado en la National Gallery de Washington. Aproximadamente en 1478, Sandro, favorito de la familia Medici, pinta la enigmática "Primavera" (Uffizi, Florencia), para Lorenzo di Pierfrancesco de' Medici, un joven atormentado y neurótico. La imagen de la "Primavera" – como "El nacimiento de Venus" – se coloca en la Villa di Castello, donde vive Lorenzino. A partir de este cuadro, algunos historiadores de las imágenes han establecido cuál era la iconografía de la cultura florentina contemporánea a Botticelli. Así, Agnolo Poliziano, poeta y preceptor de los hijos de Lorenzo de' Medici (entre los cuales Giovanni, futuro Papa Clemente X), con sus líricas corteses en las cuales el viento despierta el deseo de Ninfas en bucólicos bosques, sería el equivalente literario de la mitología de Botticelli. Ambos, representan al neoplatonismo florentino impulsado por Pico della Mirandola y Marsilio Ficino que, en este periodo, escribe la "Consonantia Mosis et Platonis": un ideal convergencia de platonismo y cristianismo. 

Todo el cuadro botticelliano es la representación visual del concepto ficiniano: las tres Gracias corresponden a la Trinidad, Flora a la Virgen y Mercurio es, precisamente, quien mezcla los elementos platónicos y cristianos. El cuadro sería un "amuleto" destinado a templar el carácter sanguíneo de Lorenzino, al igual que un amuleto taumatúrgico, que acumula energía astral en sí mismo para reflejarla de forma beneficiosa en quien se mira en él. En 1481, Sandro es llamado a la romana Fábrica de San Pedro. En la Capilla Sixtina pinta tres grandes frescos, potentes y modernos por la ejecución estilística y los tonos cromáticos: "El joven Moisés"; "El Castigo de los hijos de Corah" y "La Tentación de Cristo". Mientras, la pintura de Sandro se vuelve sobria y esencial. El pintor elimina lo decorativo, los detalles procedentes de la pintura flamenca y los lujuriosos bodegones y los sustituye por colores vibrantes y por una composición que evoca la pintura medieval, con la perspectiva intencionalmente ignorada o invertida, como en la extrema y sublime "Natividad Mística" conservada en la National Gallery de Londres en la cual los ángeles, en primer plano, no loan el nacimiento del Salvador sino que se consuelan entre sí con dolorosos suspiros por laperdición mundana que les rodea. La pintura de Boticceli de ese periodo parece – ilustrar el credo del monje Girolamo Savonarola que predica un retorno al pauperismo y una reforma moral de la Iglesia–. Un credo que fue sólo una esperanza breve atrozmente truncada ya que, en 1498, Girolamo es acusado de hereje y es quemado vivo en Florencia. En 1492 muere también Lorenzo de 'Medici. En 1505 Sandro pinta la "Crucifixión Mística" que se puede interpretar como un tributo hermético al monje o como una muestra de desilusionada confianza hacia la Iglesia, el mundo y él mismo.

Sandro Botticelli muere en Florencia en 1510, a los 65 años, enfermo y pobre.

Pintura mostrada: "Comunión y asunción de la Magdalena".

Fuentes: http://www.italica.rai.it/esp/principales/temas/biografias/botticelli.htm

Atte.: LM (seccion de Pintura).

domingo, 9 de febrero de 2014

EUGENE DELACROIX


Para este fin de semana, sigo con otro de los grandes del Romanticismo, el poderoso Eugène Delacroix, uno de los pintores mas populares de todos los tiempos (y bien merecido por cierto), creador de la bellisima obra "La Libertad guiando al pueblo" que incluso es portada del album "Viva la Vida" de Coldplay, ademas de otras incuestionables genialidades de este verdadero artista, de quien me di el gran gusto de disfrutar en persona aunque sea de un dibujo a tinta de un caballe (hasta ello fue hermoso). Les dejo una biografia breve de el en que se nombran muchas de sus obras, las cuales recomiendo ver. 

Pintor francés nacido el 26 de abril de 1798 en Saint-Maurice, cerca de París, y muerto el 13 de agosto de 1863. Su vida transcurrió, pues, entre los años de inestabilidad inmediatamente posteriores a la Revolución que pondría fin al Antiguo Régimen y la consolidación final del nuevo régimen burgués. Su madre pertenecía a una familia de famosos ebanistas, y su padre, Charles Delacroix, era un antiguo miembro de la Convención Nacional francesa que acabó convirtiéndose en funcionario acomodado. Sin embargo, los rumores decían que Eugéne era hijo natural de Talleyrand, aunque esta suposición, basada sin duda en el asombroso parecido entre el pintor y el famoso diplomático, nunca se confirmó ni se desmintió del todo.
Delacroix pasó su infancia entre Marsella y Burdeos, ciudad en la que murió su padre en 1805. Su madre volvió entonces a París y el futuro pintor pudo estudiar en el famoso Liceo Imperial. A los diecisiete años entró en el taller de Guérin y se adaptó con cierta facilidad a su disciplina copiando monedas y bustos antiguos al mismo tiempo que estudiaba las reglas de la composición. De hecho, soñaba con convertirse en un gran pintor de historia a la manera de su admirado Gros, hasta que de esta monotonía vino a sacarle uno de los acontecimientos más importantes de su vida artística: el encuentro con Gericault. Delacroix quedó profundamente impresionado por La balsa de la Medusa, pero él quería llegar a la gran pintura de historia partiendo precisamente de los problemas que en teoría Gericault no había podido solucionar, buscando una unidad mayor, la conexión de todas las fuerzas en una única armonía, una idea rectora a la que habían de subordinarse todos y cada uno de los puntos y líneas de forma y color, no una serie de elementos colocados unos junto a otros, ni tampoco una síntesis formal de tipo renacentista, conseguida por la tranquilidad y el equilibrio extremos, sino un río de fuerza que arrastrara todo consigo.

Un año después de conocer a Gericault, Delacroix entró en la Escuela de Bellas Artes y allí copió incansablemente cuadros de historia y composiciones mitológicas y alegóricas de antiguos maestros. Por la misma época pasaba todas las horas que podía en el Museo del Louvre estudiando especialmente a pintores como Rubens o los de la Escuela Veneciana, que le interesaban de un modo particular.
En 1822, el mismo año en que su salud comenzó a sufrir los primeros achaques que le convertirían en un enfermizo de por vida, presentó al Salón su primera obra importante, laBarca de Dante o Dante y Virgilio atravesando los infiernos. A pesar de que tuvo una magnífica acogida, el lienzo tenía todas las cualidades de las que los teóricos y artistas neoclásicos habían abominado: una energía dinámica, una intensidad emocional, una sensualidad exagerada en las retorcidas figuras desnudas y, sobre todo, un llamativo gusto por los vivos colores oscuros. Porque la ruptura más decisiva la hizo Delacroix en tanto que colorista. Los teóricos neoclásicos habían dictaminado que prestar más atención al color que a la línea equivalía a situar lo transitorio y mudable por encima de lo eterno y seguro, a apelar a los sentidos antes que a la mente. Delacroix se fue sintiendo cada vez más escéptico ante esta concepción del arte y ante la noción de un cosmos mecánicamente estático en que estaba basada. Para él, el color era simplemente vida y luz, y no apelaba a los sentidos en exclusiva sino también, y sobre todo, a esa imaginación a la que Baudelaire llamaba la reina de las facultades. Su técnica respondía exactamente a estos principios. Sobre todo gracias a una unidad pictórica tan integrada que cada toque de color depende y se refleja en los demás, de manera que en vez de muchos tonos locales separados se consigue una armonía de color sintética. Esto no quiere decir en absoluto que haya un abandono de la forma o una relajación de la composición estable. Puede haber una tendencia importante en esa dirección, pero el movimiento de la forma, el movimiento del color y el movimiento de la luz están siempre bien dispuestos y ordenados.
En el Salón de 1824, Delacroix presentó otro de sus cuadros más válidos, Las matanzas de Quíos, calificado ya entonces como masacre de la pintura y abiertamente enfrentado a las ideas estéticas de Ingres porque representa un cambio radical en el modo de entender y ver la pintura. Para sus contemporáneos fue, sobre todo, la obra de un temperamento apasionado y, como tal, fue severamente juzgada sin ocultar el estupor ante esta especie de apoteosis de la crueldad y de la desesperación. La acogida fue, sin embargo, entusiasta en un restringido grupo de románticos y, quisiéralo o no el propio artista, supuso el vértice de todo el movimiento.
En 1825 Delacroix pasó una larga temporada en Londres donde se vio influido por los pintores románticos ingleses y, por supuesto, por los animalistas. Poco después de volver a París presentó en el Salón una de sus obras más desorbitadas, La muerte de Sardanápalo (1827-28), pero no todos sus temas iban a ser siempre tan poco contemporáneos. En 1831 presentó el que sin duda es su cuadro más famoso, La Libertad guiando al pueblo, referido a la Revolución de 1830.
En 1832 emprendió una expedición a Marruecos que tuvo una enorme importancia. De hecho, tuvo una influencia decisiva y llegó a sustituir, para el pintor, el habitual viaje a Roma. El conde de Mornay, que iba a Marruecos en misión oficial, propuso a Delacroix formar parte de la comitiva en calidad de "reportero gráfico". El viaje duró de enero a julio y el pintor no sólo cambió su forma de ver la pintura, especialmente en lo que al color se refiere, sino que además preparó muchos de los que van a ser sus lienzos fundamentales. Dibujó constantemente escorzos de calles desiertas, caballos salvajes e interiores inmersos en una fresca penumbra y llenó su libreta de notas de acuarelas de paisajes y trajes típicos. De sus impresiones y recuerdos nacieron obras como Mujeres en Argel en sus habitaciones (1834), Bodas hebreas en Marruecos (1837), Actores cómicos árabes (1848), Mujeres turcas en el baño(1854) y Vado de soldados marroquíes (1858). A su vuelta de Marruecos, Delacroix hizo una breve parada en España y confirmó una influencia de la pintura española que su obra había venido soportando prácticamente desde el principio. Le interesan, sobre todo, Velázquez, que aparece mencionado en su Diario de un modo constante, y entre los contemporáneos, Goya.


En 1844 Delacroix conoció al crítico y poeta Charles Baudelaire, autor del primer y más penetrante estudio que se le haya dedicado nunca al pintor. A partir de este momento y hasta su muerte, Delacroix disfrutó de una serie de encargos oficiales entre los que no podemos olvidar los grandes frescos que le encomendaron para decorar la Biblioteca del Palacio de Luxemburgo (1841-46), parte del techo de la Galería Apolo en el Louvre (1849-51), la capilla de San Sulpicio (h. 1853-61) o la Cámara de los Diputados (1833-47). A lo largo de su trayectoria como pintor, Delacroix supo cuestionar toda la tradición pictórica en conceptos tales como la imitación de la naturaleza, el uso del modelo o la propia idea clásica de belleza. Su condición de artista indiscutiblemente moderno y su enorme capacidad reflexiva le llevaron a plantear una pintura imaginativa, antirrealista y con un marcado carácter expresionista de la que todo el movimiento romántico es claramente deudor.

Pintura mostrada: "La justice de Trajan".

Fuentes: http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=delacroix-eugene

Atte.: LM (seccion de Pintura).


domingo, 2 de febrero de 2014

FRANCISCO DE GOYA


Para hoy me decidi por seguir con otro eterno grande de la Pintura tanto española, como del mundo, el enorme Francisco de Goya, uno de los primeros revolucionarios de la Pintura, que inspiro a numerosos pintores modernos, un pintor que con los años pinto cosas tales como la muerte misma, que forjo un estilo notablemente personal y admirable. ademas de ser uno de los grandes pintores de Romanticismo, entre otras cosas. Les dejo una biografia resumida de el, y espero que se interecen en este gran artista y su obra, que vale la pena.

Francisco de Goya y Lucientes nació en 1746 en Fuendetodos, un pueblo de la provincia de Zaragoza.
De viaje por Italia con su maestro, José Luxan, discípulo de Lucas Jordán, estudió el barroco italiano, constituyendo este su primer aprendizaje. De regreso a Zaragoza realizó sus pinturas murales del Pilar.
El casamiento con la hermana de Bayeu le facilitó la instalación en la corte, donde trabajo bajo la dirección de MENGS, en la elaboración de los cartones para tapices.
Francisco de Goya se limitó casi en exclusiva a pintar escenas costumbristas hasta la edad de 40 años, época en la que es difícil prever el singular maestro de las etapas posteriores.
Francisco de Goya fue un protegido de la Duquesa de Osuna lo que le permite convertirse en el año 1785 en pintor del rey Carlos III, y en 1799 en el pintor de camara del rey Carlos IV.
La proximidad de la familia real le convierte en el retratista de moda de la aristocracia de la época.
Hacia 1790, Francisco de Goya, padeció una enfermedad que le dejó sordo. Según todos los estudios esta dolencia tuvo un gran influjo en la obra posterior de Goya. El dolor personal propicia una auténtica metamorfosis en su personalidad artística; en otro momento posterior fue el dolor colectivo el que terminó de dar una nueva dimensión a la obra de Goya. La sordera le inclinó a aislarse, dejó de ver la sociedad desde un ángulo positivo y comenzó a verla desde un ángulo negativo de los convencionalismos. En esta época pintó las primeras obras conocidas como "Caprichos". Obras concebidas como una libre divagación de un mundo sin sentido y que de ninguna forma podían estar destinadas a su antigua clientela. Al mismo tiempo continuó cumpliendo sus encargos de retratista. En 1800 pintó " La familia de Carlos IV".
A partir de 1808 la guerra de la independencia va a suponer para Goya una experiencia dolorosa que va a intensificar su veta pesimista y crítica.
Las escenas del 2 de mayo y la serie de grabados de los desastres señalan cotas pocas veces alcanzadas en la expresión del dolor de un pueblo y de la degradación de los sentimientos. Tras la guerra, Fernando VII, le repone en su puesto de pintor de cámara a pesar de haber sido retratista de José I (hermano de Napoleón).
A pesar de haber sido repuesto como pintor de cámara por el rey Fernando VII, Goya se aísla del trato mundano ya que deplora, como liberal convencido, los excesos del absolutismo. Es en esta época cuando Goya pinta sus pinturas negras.
En 1823 Goya decidió abandonar España como consecuencia de la represión absolutista y se instaló en Burdeos donde murió en 1828.
La relación del artista con la sociedad se evidencia con trazos muy claros en el caso de Francisco de Goya. El pintor dotado de un vitalismo optimista cuando pintaba los cartones para tapices, en su primera época, desaparece con la sordera y de una manera más definitiva con la guerra para dar paso a un artista más amargamente crítico y cuya fantasía crea un mundo alucinante de brujas y monstruos. Si se tratase de obra anónima sin ningún género de duda se atribuiría a dos pintores diferentes.
Desde el punto de vista social su experiencia no puede ser más completa. Provenía de una familia artesanal lugareña, se codeó con la aristocracia de la corte e incluso con la familia real, pero por talante se convirtió en amigo y contertúlio de los intelectuales reformistas.
Goya representó seis estilos diferentes en sus obras: costumbristas, retratos, pinturas religiosas, temas patrióticos, pinturas negras, grabados y dibujos.

Pintura mostrada: "Peregrinación a la fuente de San Isidro".

Fuentes: http://html.rincondelvago.com/breve-biografia-de-goya.html

Atte.: LM (seccion de Pintura).